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La manía de los tulipanes

La manía de los tulipanes: la burbuja especulativa del 1600

La teoría de la manía de los tulipanes se basa en un acontecimiento histórico del siglo XVII que se convirtió en el epítome de una burbuja económica.

El fenómeno se caracterizó por un frenesí especulativo en el mercado de los tulipanes. Los precios de los bulbos de tulipán alcanzaron niveles exorbitantes y más tarde se desplomaron repentinamente, lo que provocó importantes pérdidas a muchos inversores.

Este artículo explorará el acontecimiento histórico de la manía de los tulipanes, destacando sus causas y las razones que condujeron al colapso.

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El viaje de los tulipanes de la oscuridad al símbolo de estatus

La historia familiar que rodea el debut de los tulipanes en Europa involucró al diplomático, embajador y ávido herborista flamenco Ogier Ghiselin de Busbecq.

Suleyman, el sultán que más tiempo reinó en el Imperio Otomano, poseía una impresionante colección de flores, incluso durante el invierno, sobre la que Ogier escribió en una carta en la década de 1550.

Muchos creen que el nombre tulipán es de origen turco, posiblemente derivado de la palabra “turbante” por su parecido con la forma del bulbo del tulipán.

El revuelo en el extranjero llevó a plantar tulipanes en el Hortus Botanicus de la Universidad de Leiden, uno de los jardines botánicos más antiguos del mundo.

Fue entonces cuando la flor se introdujo en la conciencia pública y adquirió un atractivo masivo. Un miembro de la facultad sufrió incluso dos asaltos a su jardín en 1596 y 1598, en los que los ladrones robaron más de 100 bulbos.

A principios del siglo XVII, los tulipanes pasaron de ser objeto de gran admiración a convertirse en un símbolo de estatus necesario. En 1634, si alguien era rico y no tenía tulipanes, se le consideraba una persona de mal gusto y bajo estatus social.

La manía de los tulipanes

La manía de los tulipanes surgió en la década de 1630 en la República Holandesa. Marcó lo que a menudo se considera la primera burbuja especulativa de la historia.

Curiosamente, este fenómeno se centró en el concepto de futuros de tulipanes.

El efecto de símbolo de estatus repercutió directamente en los precios de las bombillas, desencadenando una oleada de especulación que acabó desembocando en un estado de frenesí.

Aunque los precios ya eran elevados, los años comprendidos entre 1634 y 1637 marcaron la intensificación de esta tendencia. Hubo historias disparatadas (algunas posiblemente exageradas), como una oferta de 12 acres de tierra por un tulipán raro.

Mucha gente compraba futuros de tulipanes para especular y revenderlos. En 1636, los futuros del tulipán ya se negociaban en la bolsa.

They were traded in spot markets during the bloom period in April and May and June through September when the bulbs were in their dormant phase.

Se negociaron como futuros durante el resto del año, aunque no se podían transferir y tenían que certificarse ante notario.

El fenómeno de la manía de los tulipanes se menciona incluso en las memorias, como en el libro Extraordinary Popular Delusions and the Madness of Crowds de Charles MacKay.

El libro ilustra cómo las creencias colectivas de una multitud de personas pueden conducir a resultados peculiares. El escritor Charles Mackay señala que el tulipán “no tiene ni la belleza ni el perfume de la rosa, ni la belleza del “dulce, dulce guisante”; tampoco es tan duradero como la rosa”..”

Este era uno de los libros favoritos de Jesse Livermore, ya que sus explicaciones sobre la locura de las multitudes podían aplicarse directamente al mercado.

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El estallido de la burbuja de la manía de los tulipanes

En febrero de 1637, el precio había subido tanto que los posibles compradores ya no estaban interesados en adquirir tulipanes. Cuando todo el mundo se dio cuenta de que el mercado se había estancado, los precios cayeron en picada.

La gente tenía contratos para comprar tulipanes a precios muy superiores a los del nuevo mercado. Según el relato de MacKay sobre este suceso, estas personas buscaron la intervención gubernamental.

El gobierno respondió decretando que todos los futuros de tulipanes suscritos después del 30 de noviembre de 1636 se consideraban contratos de opciones.

En lugar de comprar los tulipanes a precios inflados, los titulares de los contratos podían rescindirlos pagando al vendedor una comisión del 3.5% . Combinaron esta decisión con la negativa a hacer cumplir estos contratos ante los tribunales, calificando la especulación de juego. La especulación con los tulipanes se desplomó definitivamente en ese momento.

La manía de los tulipanes es una lección sobre las burbujas de mercado

El fenómeno de la manía de los tulipanes resume un ejemplo de burbuja económica. Se desarrolló como una especulación frenética que provocó la subida de los precios de los tulipanes y un brusco desplome que infligió cuantiosas pérdidas a los inversores.

Este acontecimiento es una lección a través del tiempo que permite comprender la naturaleza de las burbujas especulativas, la psicología de las masas y la dinámica del mercado. Es un testimonio de las consecuencias de la especulación descontrolada.